agosto 23, 2024
Su portador mide un metro de largo, pero para su tamaño, su pene sigue siendo “grande y robusto” y, probablemente la causa de su extinción en la Tierra. Tenemos que remontarnos a 425 millones de años atrás (durante el período Silúrico) para toparnos con Colymbosathon ecplecticos, un cangrejo con secretos sexuales ancestrales. La estabilización del clima de la Tierra en esta era provocó el aumento del nivel del mar, lo que creó mares extensos y poco profundos y plataformas continentales ideales para la vida marina.
El espécimen fue descubierto en 2003 por David Siveter, paleontólogo de la Universidad de Leicester (Inglaterra), entre las rocas recogidas en Herefordshire Lagerstätte en Inglaterra, un lugar famoso por su excepcional conservación de la vida marina antigua. En este caso, la criatura estaba sorprendentemente bien conservada en cenizas volcánicas, lo que permitió a los científicos estudiar sus características anatómicas con todo lujo de detalles. La ceniza había salvado el tejido duro y blando del animal de la desintegración o la descomposición. De hecho, gracias a que la ceniza se endureció bajo el cuerpo del crustáceo, preservó la forma corporal del ostrácodo y todos sus apéndices excepcionalmente bien. Y entre sus particularidades, resaltó una rareza: el gran tamaño de su pene fósil.
La presencia de un pene en una especie tan antigua sugiere que la fertilización interna, una adaptación evolutiva clave, ya estaba bien establecida en esta etapa de la historia de la Tierra. Este modo de reproducción ofrece varias ventajas, incluida una mejor protección para los embriones en desarrollo y un mayor control sobre la fertilización.
Los caparazones de los machos tienden a ser más largos que los de las hembras, porque tienen que dar cabida a un par de penes grandes y a espermatozoides igualmente gigantescos que, cuando se desenrollan, pueden ser seis veces más largos que el propio ostrácodo. No es una comparación baladí: en algunas especies, todo este aparato reproductor puede ocupar un tercio del caparazón del macho, como en este caso. De ahí que su bautismo científico de Colymbosathon ecplecticos", nadador excepcional con un pene grande en griego, fuese bastante apropiado.
¿Hasta un tercio del volumen total del animal? Aunque este crustáceo fuera diminuto, su pene triplicaba su longitud, una gran sorpresa para los científicos, ya que el tejido blando no se suele preservar y es difícil identificar el sexo de los fósiles. Y, dada su antigüedad, el macho de esta especie podría haber sido el primero en tener un pene en nuestro mundo. Por ponerlo en perspectiva, si un ser humano tuviera esta misma relación de tamaño, un hombre promedio tendría un pene de casi 11 metros de largo.
“El órgano copulador se proyecta anteriormente y tiene flancos lobulados distalmente. La furca sobresale de las valvas; ambas láminas furcales tienen una fila de al menos cuatro (hasta quizás seis o siete) garras curvas”, escribieron los autores en el estudio publicado en la revista Science.
Esta peculiaridad anatómica surge de una fuerte selección sexual, donde los organismos evolucionan características que les otorgan una ventaja en la competencia por encontrar pareja. De ahí características tan llamativas en otros animales como las astas de ciervo, unas colas preciosas y enormes como las del pavo real o un plumaje tremendamente colorido.
Los investigadores, mediante una técnica sofisticada y minuciosa, crearon un modelo digital del ostrácodo moliendo la roca y fotografiando secciones transversales pulidas para luego reconstruir el cuerpo de este crustáceo en 3D.
Su esperma también habría sido grande para su tamaño. Algunos ostrácodos, que miden solo alrededor de un milímetro de largo, producen esperma de 10 mm de largo, sin ir más lejos. Los expertos creen que las especies en las que los machos son desproporcionadamente más grandes que las hembras (y por lo tanto invierten más en el sexo y tienen penes más grandes, como ocurre en este caso) desaparecen mucho más rápidamente. Así que, como estrategia a corto plazo es muy buena, ya que le permitiría tener muchos descendientes pero, a largo plazo, sería un problema al no estar invirtiendo apropiadamente en hacer frente a un entorno en constante cambio.
Los ejemplares de esta especie poseen una resistente concha que les brinda protección frente al entorno externo, de manera similar a las almejas. Esta especie, un pariente lejano de los crustáceos e insectos modernos, no sobrevivió más de 1,6 millones de años en la Tierra antes de extinguirse.
Los ostrácodos son una clase de crustáceos, también referidos como camarones semilla, que siguen existiendo en nuestros días. Se les considera uno de los grupos de crustáceos acuáticos más exitosos a lo largo de la historia, con 8.000 especies que aún están vivas y respiran mediante branquias, aunque se han identificado un total de 33.000 especies.
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