LA SEXUALIDAD DE LOS BONOBOS

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septiembre 26, 2024

"La gente ha usado comúnmente las palabras sexo y género como si fueran sinónimos".

"No solo son diferentes, sino que han cambiado de significado en los últimos 20 años, y serán vistas de otra manera en 20 años más", continúa diciendo el primatólogo neerlandés Frans de Waal en entrevista con BBC Brasil.

Autor de obras de referencia sobre temas como la empatía, la solidaridad y la competencia, De Waal se basó en casi cinco décadas de observaciones e investigaciones con chimpancés, bonobos y humanos para mostrar los últimos avances científicos, así como su propia comprensión de los debates y temas contemporáneos en torno al sexo y el género en su más reciente libro, "Diferentes" (Tusquets, 2022).

El autor presenta un glosario con explicaciones desde el punto de vista de la biología y la primatología para "sexo", "género", "rol de género", "identidad de género", "transgénero", "transexual" e "intersexual".

"El sexo es biológico, el género es cultural, ya que es el rol de cada sexo en la sociedad. La identidad de género tiene un factor biológico y por eso puedes nacer con un sexo, dependiente de tus cromosomas, pero con otra identidad de género. Eso es lo que muestra la ciencia y también las observaciones de primates -y, para mí, los humanos son primates- en la naturaleza", dice De Waal.

La narrativa del primatólogo sigue la tradición de los relatos de naturalistas, como los del alemán Alexander von Humboldt (1769-1859) en sus textos sobre exploraciones en América, los del inglés Charles Darwin (1809-1882) en su clásico "El origen de las especies" (1859) o los de la inglesa Jane Goodall, que desde la década de 1960 ha estado observando a los chimpancés.

De Waal, quien ahora tiene 74 años, comenzó su trabajo de campo en la década de 1970 y desde entonces ha publicado 17 libros sobre sus hallazgos.

Algunos de ellos son bestsellers y figuran en las listas de los más vendidos en países como Estados Unidos. Es el caso de "La política de los chimpancés", de 1982, y "El mono que llevamos dentro", de 2005.

Miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos y de la Real Academia de Ciencias y Artes de Países Bajos, ahora es profesor en la Universidad de Emory y director del Centro Nacional de Investigación de Primates de Yerkes en Atlanta, Estados Unidos.

En 2007, debido al éxito de sus bestsellers, fue elegido una de las 100 personas más influyentes del planeta en el tradicional ranking anual que publica la revista estadounidense Time.

En sus libros destaca el estilo de escritura, en el que mezcla narraciones de experiencias que tuvo con animales, especialmente en primatología, con descripciones de descubrimientos científicos.

Una de las historias que cuenta en "Diferentes" es la de la (o la del, como se verá) chimpancé Donna, que nació hembra y se comportaba igual que el género masculino.

Una aclaración importante es que, para De Waal, "macho y hembra se refieren al sexo biológico", mientras que alude "al género como masculino y femenino, además de todas las variantes de colores que hay entre estos polos".

El primatólogo relata que Donna desarrolló pelos más largos que las hembras y conseguía erizarlos, como solo es común entre los machos de la especie.

Estaba más en compañía de los machos, que no tenían ningún interés sexual en ella (al igual que Donna no tenía ningún interés en ellos) y actuaba de la misma manera, como en las bromas en las que se simula agresividad.

De Waal escribió en el libro: "Cualquiera que la viera podía jurar que allí estaba un macho". El primatólogo dice que no puede afirmar que se trataba de un transexual "porque es imposible que los animales lo sepan".

Sin embargo, en "Diferentes" concluye que "quizás la mejor manera de describirla es como un ser en gran medida asexual y de género inconforme".

Bonobas que gustan de bonobas

A lo largo del libro de casi 600 páginas, el primatólogo trata diversos aspectos de las cuestiones de género y sexo, desde cómo juegan los bebés hasta el feminismo y los movimientos de solidaridad entre mujeres, pasando por comparaciones con las hembras de bonobos y chimpancés.

También hay un capítulo entero dedicado al "sexo con el mismo sexo".

"Otra confusión común es entre identidad de género y orientación sexual. La segunda, que también tiene un factor biológico precisamente por ser común en otras especies de la naturaleza y, entonces, se nace así, es una cuestión de por quién se siente atracción", dice De Waal.

El primatólogo cuenta la historia de parejas de pingüinos del mismo sexo. Como una que fue noticia en 2004, Roy y Silo, dos machos que llegaron a incubar un huevo y criar un bebé juntos en el zoológico de Central Park, en Nueva York.

Su especialidad, sin embargo, es la observación de primates. Entre los bonobos, por ejemplo, que es una sociedad matriarcal, todos los individuos, machos y hembras, acostumbran a ser bisexuales.

"Nosotros, los humanos, somos muy categóricos, además de prejuiciosos. Los animales, no. Los bonobos, en cautiverio o en libertad, tienen una vida sexual muy variada, con relaciones con propósitos de placer y de vínculos sociales. Son formas de estrechar lazos, sobre todo entre hembras", dice De Waal.

Para el primatólogo, la transexualidad, por ejemplo, también tendría un origen biológico. Además de relatos vinculados a sus investigaciones como el de la chimpancé Donna, en el libro compila estudios científicos de otros campos del saber.

Uno de ellos, que se convirtió en referencia en el área, fue publicado en 1995 en la revista científica Nature y estuvo dirigido por el neurocientífico Dick Swaab, del Instituto para la Neurociencia de Países Bajos, en Ámsterdam.

Allí se descubrió que una zona del cerebro conocida como núcleo del lecho de la estría terminal es dos veces más grande en los hombres que en las mujeres, y esta diferencia se replica en las personas transgénero, según el género con el que se identifiquen.

"La misma diversidad existe en el reino animal y se registra en varias especies", dice De Waal. "Pero solo en nuestra especie, la humana, presenta prejuicios. Pues nada de eso es un problema en la naturaleza".

Cuestionamientos

Cuando el libro se lanzó provocó cierta polémica entre la crítica y la comunidad científica, especialmente en Estados Unidos.

Si bien la obra fue elogiada principalmente por su trabajo en la observación de primates y la forma en que aborda el tema de la identidad de género y la orientación sexual, algunas de las comparaciones entre chimpancés, bonobos y humanos generaron incomodidades.

"De Waal nunca proporciona una definición concreta de 'biología' para que la consideremos. Es seguro asumir que tiene algo que ver con la genética, pero su clara definición de género, como 'el papel y la posición culturalmente circunscritos de cada sexo en la sociedad', parece rechazar un papel para la genética incluso cuando afirma su base biológica", escribió Tamra Mendelson, profesora de biología con estudios enfocados en el comportamiento animal en la Universidad de Maryland, en un artículo de opinión para The Washington Post.

Otro punto que molestó a Mendelson es cómo el primatólogo define el sexo como un factor biológico ligado a los cromosomas. "Es más complicado que eso", dijo ella.

En entrevista con BBC Brasil, la bióloga explica sus críticas. "No entendí qué quiso decir De Waal con 'biología'. Puede referirse a muchas cosas: ADN, gametos, hormonas, neuronas. No sé si el doctor De Waal estaba confundido; es posible que no quisiera perderse entre detalles en un libro que busca ser popular".

The New York Times publicó: "De Waal a veces fuerza la evidencia para que se ajuste a sus afirmaciones. Argumenta que las niñas se visten con trajes de princesa porque se siente bien ajustarse a nuestro propio género. Como evidencia, cita un solo estudio de escaneo cerebral de solo 19 sujetos".

Contribuciones de la obra

A pesar de las críticas, que se centraron principalmente en extractos del libro en los que De Waal analiza cómo niños y niñas tendrían comportamientos determinados por el sexo biológico, el trabajo del primatólogo tiene una amplia aceptación.

"El comportamiento animal es increíblemente complicado", dice Mendelson.

"Aprender cómo actúan nuestros parientes más cercanos, desde un punto de vista evolutivo, nos inspira a reflexionar y crear nuevas hipótesis sobre nosotros mismos, los humanos. Y sus historias [de De Waal] sobre chimpancés y bonobos son profundamente conmovedoras y, en algunos casos, inolvidables".

En el campo de la biología, De Waal colecciona fans.

"No está atado a ideologías. Es intelectualmente honesto y se niega a hacerlo, no considera los resultados solo para servir de apoyo a una agenda cualquiera. Incluso puede ser por eso que irrita a algunos", dice el biólogo neerlandés Leon Vlieger a BBC Brasil.

Vlieger mantiene un blog, The Inquisitive Biologist, en el que, desde 2017, publica reseñas de libros científicos, especialmente sobre obras de su área de formación como es el caso de "Diferentes".

En el texto sobre el trabajo del primatólogo, escribió: "Aunque nos guste pensar que escapamos de nuestras raíces biológicas, nuestro lenguaje e intelecto son innovaciones evolutivas que se pulieron en un cuerpo de primate (…) Es difícil estar en desacuerdo con el mensaje central de De Waal: 'La igualdad no necesita similitud. Las personas pueden ser diferentes y aun así merecen exactamente los mismos derechos y oportunidades'".

El autor de "Diferentes" explica cómo realiza su trabajo de extrapolar el comportamiento de los bonobos y chimpancés a los humanos, y viceversa.

"Es una triangulación entre las tres especies. A pesar de nuestras mayores capacidades intelectuales, no somos tan diferentes de nuestros parientes más próximos, especialmente cuando se trata de psicología".

Sobre las críticas, afirma que "a veces el público también extrapola demasiado" lo que él dice.

Ejemplifica, entonces, la forma en la que ve que a algunas personas les llama la atención sus investigaciones con chimpancés y bonobos, en particular aquellas en las que describe cómo los grupos de la primera especie son patriarcales y violentos, mientras que los de la segunda son matriarcales y pacíficos.

"Algunos se quejan de mis informes sobre los chimpancés, que son agresivos y patriarcales, y luego hablan de sexismo. A otros no les gusta cuando comparto observaciones sobre los bonobos, entre los que las hembras lideran. Quiero que entiendan que mi trabajo es observar y relatar. No juzgar a los animales".

 

El 75 % de las relaciones sexuales entre bonobos no tienen nada que ver con la reproducción de la especie, por lo que las prácticas lésbicas son comunes.

Los bonobos nunca han tenido problemas con su identidad sexual. A diferencia de otros primates —como los seres humanos—, no se cuestionan quién les gusta o qué hacen a la hora de tener relaciones sexuales. Por el contrario, parecen disfrutar de una vida erótica constante, incluyente y muy activa. En algunos casos, las hembras utilizan los encuentros homoeróticos para apaciguar los conflictos entre los miembros de sus manadas y restablecer la armonía en el grupo. Así funciona.

Amigas muy cercanas

La conducta ha sido observada por años. Las hembras dominantes del grupo frotan sus genitales contra aquellas «de menor rango» en la manada para reducir el estrés y la competitividad entre sí. Una vez que se comprometen sexualmente las unas con las otras, generan lazos afectivos profundos, que les evitan tener problemas en el futuro.

Por esta razón, las relaciones sexuales lésbicas entre los bonobos son comunes. Además de apaciguar los problemas al interior del grupo, aquellas percibidas como ‘de menos rango social’ ganan presencia en la familia. Sin embargo, esta práctica no se da únicamente como un acuerdo de paz. Por el contrario, se ha observado como una manera de consolar a las hembras tristes.

El sexo casual también es una constante en las poblaciones de bonobos en la República Democrática del Congo. Además de relajar las tensiones que pudiera haber entre sí, es una manera de que los machos dejen de pelearse: cuando escuchan las vocalizaciones sexuales de las hembras, ellos parecen tranquilizarse.

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Placer sin reproducción

El papel social de las hembras en las comunidades de bonobos es decisivo para la tranquilidad de su grupo. De acuerdo con las cifras del Proyecto Gran Simio, «el 75 % de esas relaciones no tienen nada que ver con la reproducción«. Por esta razón, el argumento de que las relaciones homosexuales son anti-naturales porque no cumplen con función biológica alguna pierde sentido para estos primates.

Se tiene registro de que esta conducta se debe a que, a diferencia de otros primates, los bonobos son muy estables emocionalmente. Esto les permite tener varias parejas íntimas a lo largo de su vida, incluso al mismo tiempo. La monogamia no tiene sentido entre estos grupos ya que, en últimas, entienden el sexo como algo más allá de un mecanismo reproductivo. 

Con esta soltura, las orgías, relaciones homoeróticas y los encuentros casuales no se entienden como conductas promiscuas. Por el contrario, revela un acercamiento más social hacia la sexualidad. Liberados de cualquier moral, los bonobos pueden darse una vida sexual activa y diversa que mantiene la cohesión del grupo.

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