mayo 14, 2025
Como todos los años, la empresa decide hacer su evento anual. Me gusta llegar pronto, así que me dirijo al mostrador del hotel, y mi primera sorpresa es que hay problemas con mi registro. El manager del hotel me indica que tienen un problema con mi habitación y que Sofía ya lo está gestionando. Sofía es una de las encargadas de la empresa en organizar el evento. Comento con ella la situación y me indica amablemente que el hotel está lleno y que no sabe cómo resolverlo. Me confiesa que no es la primera vez que se despista con estas cosas y no quiere problemas con su jefe. De repente veo un semblante de picardía en su cara y me dice: “Wolf no nos conocemos mucho, pero te voy a pedir un favor. Sólo va a ser una noche, y si no tienes inconveniente, te cedo una cama de mi habitación”. Me quedo atónito ante la propuesta, pero luego pienso: "somos adultos, y la verdad es que no tiene que pasar nada". Decido aceptar su invitación y acto seguido me da una copia de su llave.
Mientras salgo de mi asombro, aprovecho a presentarme formalmente porque nunca había coincidido con Sofía: "hola me llamo Wolf y trabajo en..". Ella me interrumpe: "sé perfectamente quién eres y me alegra que por fin me pongas cara. Disculpa que tengo que seguir registrando huéspedes". Se da media vuelta y se dirige al mostrador. Mientras radiografío sus andares, su frase empieza a resonar en mi cabeza. Mis ojos se han quedado clavados en su culo, ¡como para no hacerlo!, esa falda apretada que le queda de las mil maravillas y como lo contonea, parece un hechizo del que es difícil escapar.
Empezamos las sesiones de trabajo y luego vendrían más y más. En cada descanso, yo estaba tratando de localizar a mi ángel salvador que compartiría habitación conmigo. De vez en cuando miraba su tarjeta de habitación para saber que no era un sueño. Por fin terminaron las ponencias y mis amigos me invitaron a tomarme algo con ellos fuera del recinto. Antes de acompañarlos, les indiqué que tenía que subir un momento a cambiarme. Sería cuestión de cinco minutos, así que me dirigí raudo a la habitación. Llego a la puerta, meto la llave, entro, y cuál fue mi sorpresa cuando me encuentro a Sofía de rodillas practicando una felación a no sé quién, intuyo que debe ser otro compañero porque me resuelta familiar su cara. No sé qué decir, ni qué hacer. Me asaltan multitud de pensamientos, pero cuando voy a balbucear algo, ella me coge la mano, tira de mí hacia dentro y empieza a desabrocharme la camisa. Noto sus caricias y sus besos recorrer todo mi pecho, mis pupilas se dilatan y un chorro de sangre recorre todo mi cuerpo. Mi vello se eriza y mi miembro crece rápidamente. En ese momento la beso como si no hubiera un mañana. De repente, ella se gira y rescata a su amante con unos besos apasionados. Era la primera vez que me veía en esta situación, sin embargo, todo mi cuerpo sabía lo que hacer…
Extracto del relato #4 LA CONVENCIÓN ANUAL. Si quieres saber cómo termina la historia puedes hacerlo visitando: https://bit.ly/3F6RtFi